“TRES DECADAS ENTRELAZADAS, HIJOS, PADRES Y ABUELOS…”
Un 30 aniversario es motivo más que suficiente para alegrarnos...y si se trata de tener a W.A.S.P. en el panorama, y augurar el conservarlos durante otros diez años más sobre los escenarios, todavía es más motivo de sonrisas y celebración.
30 Years Of Thunder se promocionaba como la mayor presentación de la banda en los últimos años... setlist repasando su historia, espectáculo y mucha parafernalia es lo que pudimos leer cuando se anunció la gira de cumpleaños. Para ello, la banda ha hecho varias fechas nacionales, a cual más demoledora... pero nos encargaremos de desmenuzar la actuación que la banda ofreció el pasado viernes en La Riviera madrileña, la cual podíamos ver a rebosar, con un público ansioso de clásicos, abarcando todas las edades, y dispuesto para un show, que para muchos, entre los que me incluyo, era uno de los más esperados del año (y eso que servidor casi se acerca a la decena de veces...W.A.S.P. nunca fallan, y en mi opinión, pueden alardear tranquilamente de ello). Vamos al grano.
Sin teloneros, y sin demasiada espera, podíamos observar como el escenario estaba preparado para la ocasión, exclusiva para Blackie y sus huestes. Tres pantallas, los micros, la batería con el logo de la gira...y zas! Ahí salieron a por todas con un sonido rompedor y la poderosa On Your Knees. Parece que Lawless ha perdido algo de peso y lo ha ganado Duda, quien no para de moverse de un lado a otro, cruzándose continuamente con su compañero Doug Blair, el cual no deja de hacer muecas, gestos y poses durante toda la actuación. Los logotipos del 30 aniversario franqueaban el escenario, mientras Blackie subido en sus tacones, observaba como su público no le falla. Las luces son prácticamente perfectas, y el sonido realmente heavy, muy preciso y logrado...The Torture Never Stops fué una de las que nadie se esperaba, y el estribillo parecía rugir como nunca. De haber rescatado clásicos como este más a menudo, el show hubiese sido de escándalo.
Los telones se alternan con pantallas, en las que podemos ver imágenes y clips de la banda, perfectamente sincronizados, y siguen escupiendo clásicos imperecederos. El alma de The Who brilló por si sola con un The Real Me perfecto... y Blackie nos anuncia que habrá 3 partes diferenciadas en el show para el deleite de sus diabólicos fans. El ambiente ya estaba muy caldeado, las primeras filas eran ensordecedoras, y el resto de la sala disfrutaba de un concierto que pintaba grande. La batería de Dupke, que cada día es más dinámica e impresionante da lugar a L.O.V.E. Machine, y es que los clásicos, son clásicos, y no quedó ni un alma que no se dejase la garganta cantándola. Incluso me atrevo a desmentir los rumores sobre los coros grabados que tanto se le achacan a la banda, y es que Mike Duda podría liderar con su voz a una banda sin esforzarse demasiado... sus partes vocales son simplemente perfectas. No hay mayor placer para un waspmaníaco, que escuchar dos clásicos seguidos del calibre de la "máquina del amor" y Wild Child, la cual no puede faltar en un show de los americanos, y mucho menos en uno de aniversario. Impresionante.
Dejaron su lado más heavy colgado de los micros para deleitarnos con la preciosa Sleeping (In The Fire), proyectando aquel transgresor Live At The Lyceum en las pantallas... he aquí uno de los pocos "peros". Sin terminar el tema, el clásico se fundió con otro de los cortes suaves de la banda. Forever Free sonó perfecta pero no en su totalidad, algo que nos hubiese gustado a la mayor parte del personal. "Peros" aparte, nadie puede dejar de rendirse ante The Headless Children, un trallazo, cuyo estribillo fue gritado y coreado a las mil maravillas por toda La Riviera. La siempre potente y clásica I Anna Be Somebody cerraba una de las etapas del show... y de qué manera, con todo el mundo volcado en la banda, con un Duda especialmente speedico y Blair bordando cada nota que sangraba de sus dedos.
Uno de los segmentos más esperados por muchos de los asistentes era el "especial Crimson Idol", donde la banda haría hincapié en una de las mejores obras de rock de todos los tiempos. Ya hace unos años vinieron a interpretarla al completo (en uno de los mejores shows que he presenciado), pero hoy no dejarían a Jonathan fuera de juego, y volverían a restregarnos por la cara que poseen un álbum obligado para todo amante de la buena música... pero, cual fue la sorpresa de los asistentes, cuando la sensible a la par que violenta en su desarrollo, Titanic Overture, sonaba grabada por los altavoces. Un fallo que muchos no perdonaron y comentaron... en fin... otra vez será. Con la tremenda película que debió acompañar al álbum, proyectada por las 3 pantallas, la banda realizó un repaso a todo el álbum a modo medley, entremezclando The Invisible Boy, la heavylona I am One y algunos fragmentos del majestuoso álbum. Quizás hubiese sido más correcto interpretarlas enteras, pero Blackie es así de imprevisible... nunca se sabe de qué pié cojeará, y en esta ocasión, fué una de sus fracturas. The Idol si que cayó completa, con el correspondiente video, y con un Blair que no deja ni una nota sin tocar... aunque más impresionante es la labor de Dupke, quien suplió los redobles de "crimson", interpretados por Banali originalmente, a la plena perfección. The Great Misconceptions Of Me ponía "fin" a una representación, que todo lo que tuvo de emotiva, la tuvo de altibajos, no por la calidad de los temas, sino por el popurrí que la banda trató de ensamblar. Aún así... gran representación de un disco digno del calificativo "grande y clásico".
Con anuncios incluidos, como si de la TV se tratase, pudimos ver un recordatorio a modo anuncio de Spinal Tap, para llegar al final del show a través de un dinámico sólo de Dupke, en el que su batería se fundía con sonidos de acelerones, motores, derrapes y chirridos. Un buen modo de no realizar el típico sólo de batería, que aunque tampoco hubiese estado mal en absoluto, si que servía como entretenimiento extra. El micro "skull & bones" de nuestro "sin ley" asomaba por el escenario, y sabíamos que algo gordo pasaría encima de las tablas... Chainsaw Charlie cayó completa, sin desmerecer un minuto y sonando cargada de adrenalina, con Blackie algo menos activo que de costumbre sobre su artilugio, todo sea dicho, mientras que la ya típica en sus shows, Heaven's Hung In Black, auguraba un final apoteósico. Blind In Texas nos despidió a todos con una hora y 45 minutos de puro W.A.S.P.
A pesar de vivir un gran show, y las caras de felicidad, comentar que la banda debería ser consciente de que a muchos les gustaría poder escuchar en vivo cortes de álbumes tan grandes como Helldorado, o algún guiño a otros no tan sonados como Kill Fuck Die, Unholy Terror, Still Not Black Enough, o sus más recientes Babylon y Dominator. No pueden faltar los de siempre, pero sí debería haber algunos de los "temas malditos", que más que temas, en este caso son "discos malditos". Una pena, pero es la decisión de Lawless y tendremos que apechugar con ella.
No hubo pirotecnia, faltaron temas y duró poco más de lo que suele durar cualquiera de sus shows, pero ¿alguien se atreve a decir que no mereció la pena pagar por vivir el conciertazo que se marcaron? Habrá opiniones, gustos, y "peros"... lo que está claro es que W.A.S.P. es garantía, y así demostraron en su show madrileño, en un concierto lleno de energía, buenos temas y una actitud que pocos poseen en la actualidad.
Grandes W.A.S.P.
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Texto y fotos:
José Rojo
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