Os voy a hablar un poco sobre la historia del rock y sus devenires. El rock es uno de los miles de sonidos negros, que vino de sus guitarras y que evoluciono de mil formas, incluso volvió, y fue revisitado en algunos casos por musicos negros otra vez. Yo tengo la teoría, creo que bien fundada, de que toda la musica que oimos viene de la magia negra, bueno, vale, no toda, hay varias musicas “blancas” como la denominada clasica, o ciertos folklores europeos. Lo mejor de la primera, por cierto, es que dio a luz al Heavy Metal tras mezclarse con el rock (supongo que el lector de este blog conoce de sobra esta relación). Pero no voy a hablar de eso, que ya sabéis mas vosotros que yo. Os voy a hablar de una de esas idas y venidas de la magia negra.
Alla por los 50, el blues mas enfadado dio esa variante llamada rock and roll, que en cierta medida se “institucionalizó” para que el blanco también lo apreciase. Hay tenéis a esa superestrella mediatica que fue Elvis. Pero no solo esas músicas que provenian del blues o de la otra piedra filosofal de la música negra de Norteamérica, el jazz y su swing, encandilaban (previo filtro) a los blancos norteamericanos, una potencia consumidora capaz de mover ingentes cantidades de dinero en lo que fue la época dorada de las discográficas. Allá abajo en una isla no tan remota, llegaban las ondas de las radios norteamericanas contagiando el ambiente con ese swing del jazz, y esas voces y maneras del Rock, del Soul, del Rhythm and blues donde los discos de moda que llegaban a la isla solo se pinchaban en los primigenios “soundsystems” para que los pudiera oir todo el barrio. Pero era y es Jamaica un país pobre que no se puede permitir importar a las estrellas norteamericanas para que toque en sus fiestas, asi que Jamaica recurrió y aun recurre hoy en día a la solución de los pobres: crear la música. Nació el Ska allá por los finales de los 50, mezclando esas músicas negras del norte con otras músicas negras de ese lado del caribe (dicen que sería el sincopamiento del “mento”, variación casi tribal traida por los mismos esclavos Africanos que llegarón al norte). La emigración llevó este sonido revisitado a la otra isla crisol a este lado del atlántico, Inglaterra, donde en los 70 otra degeneración del rock negro andaba dando palos fuertes, el Punk. Se mezclarón una vez más creando la llamada segunda ola del ska, o el two-tone (el blanco y el negro unidos). Mientras, en Jamaica el sonido se relentizó empezando en los 60, cuando el Soul gringo se hizo mas pausado y el Ska mutó en Rocksteady hasta llegar al Reggae (incluso Marley and the Wailers, atolondrados por el rastafarismo dejarón de versionear en modo Ska a Bob Dylan o a los Beatles).
Y otra vuelta mas: en los 80 y esta vez en Norteamérica como pais que originó sin querer este virus, aparece la “third wave”, a veces recuperando el punk rock californiano, a veces sonando mas jazz. Y todo esto viene por la visita que nos hizo uno de los representantes mas veteranos en esto del Ska Third wave neoyorquino, 20 años que llevan ya. The Slackers. Muchas tablas pero con los pies en el suelo, esta gente normal cenaban en el bar de enfrente de la Sala Caracol mientras nos tomábamos la cerveza. Tranquilos, con esa estética como muy de Brooklyn, que van con sus gabardinas largas y su viserilla como si acabasen de bajar de su bici para entrar en el Trade Joe´s a comprar un poco de carne orgánica.
Según se llenaba la sala Caracol yo esperaba algo así como una catarsis de disfrazes, como en las megareuniones de alucinados de Star Wars. No esperaba a gente vestida de Jedi, pero si “revivals” estéticos. Poco Sharp (skinheads “de los buenos”) aunque hace la friolera de 10 años en el Gruta 77 tocó el grupo paralelo del saxofonista (Dave Hylliard and rocksteady 7) y quizas por ser carabanchel o porque estaban aun vivos observe una afluencia importante de skins y algun mod, con sus chapitas de two-tone y todo, como salidos de la película “This is England” (buscadla, muy recomendable por cierto: Realismo ingles de la época Thatcher, la que nos va a tocar revivir a nosotros dentro de poco si seguimos permitiendo el sangrado colectivo). El publico se me antojaba esta vez a los mismisimos Slackers, con esa estética como de nuevayork que os comentaba y precisamente por eso todos y todas éramos como de lo mas normal o quizas todos somos ya maduros ciudadanos del nuevayork, que es lo mismo que decir ciudadanos del mundo. Me fascinó entre esta tranquilidad estética un tipo que iba vestidito acorde al rollo “rudie” muy a lo Madness o The Specials (traje negro en plan blues brothers, con sombrero negro y todo, para que lo entendais).
Asi que ese es el ambiente que uno quiere sentir para que empiece a sonar con gusto todo un recorrido de sus 12 largas duraciones. Profesionales y responsables con la respuesta del publico, nos iban transportando por Ska con alta reminiscencia a los originales de los 60, como los Skatalites. Incluso una de sus canciones propias la fueron transformando hasta un tema muy conocido de Toots and the Maytals (que yo intentaba cantar a gusto y es que en aquellos tiempos los cantantes jamaicanos se esforzaban en hablar un ingles mas neutro, porque lo que es el ingles jamaicano de hoy en día presente en el Dancehall es irreconocible incluso para un nativo sajón).
Lo que les hace a the Slackers ser lo que son no es solo imitar el Ska ya inventado por aquellos maravillosos jamaicanos, lo mejor es su personal bastardización del Rock, el Folk y el Pop tan norteamericanamente blanco (son de NuevaYork, joder, se lo pueden permitir). De hecho, un momento previsible era la versión nada menos que de “like a Virgen” de Madonna, una italo americana como el cantante y aporreador de Hammond que es Vic Ruggiero. Son tipos tranquilos que me parece muy correcto para ejecutar con ritmo las cosas, si bien el trombón Glen Pine se permitia licencias un poco más desbordadas sobre el escenario incluso cantando muchas de las canciones. tras casi 2 horas incluyendo como 4 bises, yo creo que todos y todas quedamos bien bailados y descargados. A ellos me les imagino tras el concierto tomandose una manzanilla y yéndose a dormir, pues son leyenda y saben recuperar los sonidos que hacen grande a las Americas y por eso necesitan descansar, comer bien, alejarles de las drogas, pues todos queremos que duren otros 20 años mas cultivando a mas generaciones en esos sonidos tan negros que hacen que el Ska siga dando vueltas por el mundo.
* RECUERDA Para ver las fotos en grande sólo hay que pulsar sobre cualkiera de ellas
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